El jueves 14 de junio, coincidiendo con San Eliseo y Santa Digna, y especialmente con el nacimiento de la pequeña Carmen, celebramos en el estudio una fiesta en honor al pino de Salduba, la rara y hermosa urbanización que diseñase Yarza en la Zaragoza de los sesenta, y en la que se ubica el estudio.
El pino fue plantado hace unos veinte años, y esta primavera se secó definitivamente. Pero la casualidad quiso que Luis, un amigo, compañero, y vecino, pasase por delante justo el día de antes de su cortejo fúnebre al vertedero de la urbanización, el 13 de junio, a la sazón San Antonio de Padua. Al bueno de Luis se le ocurrió la idea de construir algo bonito con las rodajas en las que lo habían cortado para facilitar su traslado, y no pensamos en nada mejor que en una bonita alfombra de discos de madera dorada, que llenasen de vida y juego los patios del Grupo Salduba.
Esto no es algo ajeno al conjunto, y es que estos patios ya han estado llenos de alegría y diversión. Entre los bloques aún resuena el eco de las carreras de sacos, del gol de Teresa en el partido de solteras contra casadas, o los silencios imprevisibles del juego de la silla, con los que el que no se ha sentado, se queda fuera.
Alfredo y Quico nos ayudaron con el traslado, y gracias al apoyo de la presidenta y los vecinos, por unos días -al menos- la instalación sirvió de tablero de juego a niños, que cada día dibujaban una figura nueva, de bancas improvisadas a jóvenes a la hora del café, y, por supuesto, de conversación a algunos mayores. A nosotros nos sirvió para convocar una bonita reunión de veinte amigos, casualmente tantos como anillos nos enseñaba el pino en su corte. Con la inminente llegada del verano, y en honor a este pino, repetiremos todos los años la fiesta con el ánimo de que -ojalá- no haya que volver a talar ni un árbol más del grupo.
Fotos: Irene Ruiz Bazán